Ayer fuimos en familia al estreno de Indiana Jones y el dial del destino, la 5ª película de Indiana Jones, y se entiende que es la última donde aparecerá Harrison Ford, con sus casi 81 años.
Voy a poner mi opinión de la película, con spoilers, ya que esto no es una revista de cine y simplemente me apetece comentar la película. Y es que Indiana Jones es mi saga cinematográfica favorita. Por delante de Star Wars, El Señor de los Anillos, o cualquier otra saga de fantasía o ciencia-ficción (aunque todas ellas me encantan en mayor o menor medida). Pero Indy… es Indy.
Fui al cine siendo totalmente consciente de antemano que esta película nunca jamás podría gustarme como ninguna de la trilogía original. Por varios factores: esas películas las vi de niño y tienen un factor nostalgia que ya es imposible replicar a mi edad. Porque Indy era joven en ellas, estaba en plena forma, y ahora… está genial para su edad, pero es mayor, la edad no perdona. Y porque son perfectas las tres, qué demonios.
Así que evitando esa comparación, salí muy contento del cine. Creo que es una muy buena película de aventuras. Sí, de aventuras. Las películas ahora son de acción, pero no hay tantas de aventuras. Indiana Jones 5 tiene mucha acción pero sobre todo ese poso de cine de aventuras que solo esta saga puede conseguir. Creo que en ese sentido respeta mucho el tono de la saga y del personaje.
Me parece que Indy tiene un papel muy adecuado para su edad. No lo hacen «saltar» ni correr en exceso (que también lo hace). Pero donde más aporta es buscando tesoros, examinando pistas, resolviendo enigmas, etc. Tiene un poso lógico de hombre que está de vuelta de todo, en su ocaso, porque ya lo ha vivido y visto todo… bueno, todo no, pues en esta película va a vivir nada menos que (primer spoiler gordo) un viaje en el tiempo, 2.000 años atrás, donde conoce a Arquímedes en persona.

Y es que el dial del destino, el artefacto en torno al cual se desarrolla la película, es un aparato inventado por Arquímedes para poder moverse en el tiempo y el espacio. Algo muy fantástico, sí, pero, ¿qué película de Indiana Jones no tiene elementos sobrenaturales e imposibles? El arca de la alianza soltando rayos mortales, las piedras de Sankara que brillan al juntarse y otorgan poder, caballeros templarios que llevan cientos de años vivos dentro de un templo con cálices que curan heridas mortales, alienígenas… y ahora ha tocado un viaje en el tiempo.
A mucha gente le parecerá una flipada, pero es que (en mi opinión) Indiana Jones es una saga de aventuras y ciencia-ficción. En todas las películas ocurren cosas imposibles, en todas. Así que me esperaba algo así. No en concreto un viaje en el tiempo, pero cualquier situación ficticia similar. En todo caso, de los 154 minutos de película, pocos transcurren en el pasado, así que tampoco tiene tanto peso dicho viaje temporal. Es muy breve.
Este tipo de películas nuevas correspondientes a sagas de hace décadas suelen intentar recuperar a personajes originales. Aquí aparecen Sallah y Marion, en todo caso con pocos minutos en pantalla, sobre todo Marion. Pero siempre emociona verlos, mayores, sí, pero ahí están, con Indiana hasta el final. Sobre todo creo que Marion tiene un final más digno que el que podría haber tenido con la cuarta película, donde le pusieron un papel donde no parecía ella, esa Marion intrépida y empoderada de la primera película. Se pasó toda la película embobada contemplando a Indy.
Más temas del guión (y sigo con spoilers): han decidido «cargarse» a Mutt, el hijo de Indy, lo que le da un aire más triste al personaje, hundido desde ese momento, según explica. Entiendo que fue un personaje que recibió tantas críticas que han preferido escribir que murió en el ejército, antes que intentar recuperarlo de otra manera en la película u omitir el mero hecho de nombrarlo. Me parece bien, Indy tuvo un hijo y eso no se puede dejar de nombrar.

En cuanto al resto de personajes, el villano es espectacular, interpretado por Mads Mikkelsen. De nuevo, supera el villano de la entrega anterior, y aquí tenemos un nazi (sí, de nuevo nazis) cuyo plan es, ojo: viajar al pasado usando el dial del destino, matar a Hitler, para convertirse él en el führer y, al contrario que Hitler, conseguir que la Alemania nazi gane la Segunda Guerra Mundial y conquistar el mundo. Consigue que le odies, como debe ser, y con esa cara y presencia, es un villano maravilloso.
Y en la parte de los «buenos» tenemos a la ahijada de Indy: Helena Shaw, interpretada muy bien por Phoebe Waller-Bridge. Esta vez sí tendríamos, más o menos, a la «Marion» de esta película. Una joven valiente, sin miedo a nada, dispuesta a vivir aventuras. Lógicamente, esta vez su relación con Indy no es romántica, si no que es, como decíamos, su ahijada (el padre de Helena aparece al comienzo del filme y era un viejo amigo de Indiana).

En cuanto a los actos de la película, me pareció que empieza muy bien con una larga secuencia de Indiana Jones en su época joven (más o menos en la misma edad que podría tener en las dos primeras películas), recuperando la mitad del dial del destino junto con el padre de Helena que acabamos de nombrar (Basil Shaw, interpretado por Toby Jones, un actor de esos peculiares que da mucho empaque a las películas). Han logrado rodar una secuencia muy larga donde vemos de nuevo a nuestro Indiana Jones rejuvenecido gracias al CGI (efectos especiales), y la verdad es que están muuuy bien hechos. Quizás aún no logran al 100% que no se note que es CGI, pero cada día están más cerca.
Al terminar esa mini-historia inicial, ya sí empieza la película en la actualidad, con Helena contactando con Indy para contarle que está buscando el dial del destino, artefacto que hizo enloquecer a su padre estudiando sus «poderes», y de forma más o menos voluntaria, Indy acaba sumándose a esta última aventura. Desde aquí creo que la película va de menos a más. Hay escenas de persecuciones variadas, como en toda la saga, pero son escenas que nunca han sido mis preferidas de las películas de Indiana Jones.

Porque a medida que avanza la película sí llegamos a escenas más de aventura, de búsqueda de tesoros en antiguas cuevas (me encantan toda la parte en la Oreja de Dionisio, una gruta artificial; o la parte en altamar que es cuando interviene Antonio Banderas con un breve pero intenso papel), de resolver códigos y acertijos escritos en antiguas tablillas. Aunque es en este acto en la Oreja de Dionisio donde vino el momentillo que menos me gustó, y es que pasan por un estrecho hueco entre paredes de la gruta lleno de insectos gigantes (eso genial, es 100% de película de Indy), pero Indy se pone muy nervioso, gritando a Helena que le quite todo, acobardado. ¡Venga ya! ¿Es que el guionista no recuerda la calma con la que Indy quitaba arañas gigantes de la espalda de Satipo en la primera escena de la primera película, en el templo del ídolo?
En fin, sigamos. Llega el final de la aventura, un final muy fantástico con ese viaje atrás en el tiempo, también breve, y con la escena demasiado «casual» de que justo Indy es encontrado por Arquímedes en persona, de entre todas las miles de personas con las que podía coincidir. Pero bueno, es Indy, es ciencia-ficción, corramos un túpido velo.
Y por fin, la última escena de la película, ya con la aventura terminada y todos en casa, que es cuando aparece Marion para reconciliarse con Indy, pues nada más empezar la película vemos que se habían divorciado. Pero después de todo tenemos final feliz con Indy y Marion. Y Sallah también apareciendo al final para hacernos ver que sigue cerca de su viejo amigo. Para por fin, terminar viendo el legendario sombrero de Indy colgado en un tendedor, con la metáfora de «colgar las botas» si se tratase de un futbolista. Pero justo cuando va a pasar el fundido a negro… se ve que Indy vuelve a coger el sombrero. ¿Nos querrán decir que habrá más aventuras de Indy?

Supongo que sí las habrá, al final Disney tiene una gran franquicia que puede seguir explotando. ¿Habrá películas con un Indy en sus años más jóvenes, en torno a los 25-30 años, con otro actor similar a Indy? Ya han hecho una película de Han Solo con esa premisa y con otro actor, así que por ahí podrían ir los tiros. Porque más pelis con Ford camino a los 85 años no lo veo, ni creo que él ni nadie lo vea…
Ya comentada la película, y por terminar, creo que un punto fundamental de que haya salido tan contento de esta película es un tema puramente personal. Y es que vi la trilogía clásica en mi infancia y adolescencia. Volví a ilusionarme por ver a Indy en pantalla grande a mis 27 años, con la cuarta entrega, fuese más o menos buena o mala. Y ahora puedo cerrar esta saga (al menos, con Harrison Ford como Indy), viendo su última aventura ya con mis hijos, todos en el cine, disfrutando ellos y yo a tope de la película, de sus escenas de acción y aventuras. Ellos también son fans de la saga. Así que Indy me ha acompañado toda mi vida y por eso he querido disfrutar a tope de cada peli en cada momento.
Por cierto, si al comienzo decía que a los adultos nunca nos van a gustar tanto las nuevas películas de Indy porque la trilogía siempre estará por encima. Este factor nostalgia no lo tienen mis hijos, y los niños en general, pues van a ver las 5 películas en su infancia. Y fijaos qué curioso, que al menos el mayor ha puesto esta 5ª entrega como la segunda que más le gusta de la saga, solo por detrás de La última cruzada (mi favorita, también). Para que veamos la diferencia que puede haber entre valorar una película con el ojo crítico que tenemos los adultos, contra una forma menos «profesional» pero más inocente de los niños, que no van a analizar tan a fondo los agujeros de guión, las interpretaciones, etc. Quizás si nosotros hubiésemos visto las 5 películas del tirón en nuestra infancia, no dejaríamos tan atrás las entregas 4 y 5 de la saga.
Hasta aquí mi opinión y reflexiones de esta peli, que creo que da un final muy digno a mi ídolo cinematográfico. Gracias por todo, Indy. Hasta la próxima aventura.

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